domingo, 4 de febrero de 2007

HIDROTERAPIA















Hidroterapia
Desde la medicina naturista es importantísimo para la salud el contacto con la naturaleza como algo indispensable para mantenerse sano. El sol, aire libre, tierra, y agua ejercen un efecto revitalizante sobre nuestro organismo, y su ausencia durante largos periodos de tiempo repercute en un debilitamiento general que puede ser causa de múltiples patologías.
Este es el punto de partida de un grupo de terapias que se basan en estos elementos, como son los llamados baños de sol o de aire, la fototerapia, o la hidroterapia, que a su vez engloba múltiples técnicas, como el uso de fangos y arcillas, las aguas mineromedicinales de balnearios, o el aprovechamiento de su efecto puramente físico (efectos térmicos y mecánicos).
El principal efecto terapéutico del agua se debe a su gran capacidad de almacenar y transmitir estímulos térmicos (frío-calor). Esta cualidad es la que mas nos interesa a nivel ambulatorio para desarrollar diversos tratamientos que puedan ser realizados por el propio paciente.
El efecto térmico producido por las aplicaciones de agua, de forma local o general, provoca una serie de respuestas en nuestro organismo que pueden ser aprovechadas con fines terapéuticos y preventivos. Todo estímulo térmico sobre la piel provoca una respuesta local en la circulación sanguínea superficial, y por vía refleja, a través del sistema nervioso una respuesta más profunda a nivel de músculos, vísceras y circulación general en todo el cuerpo. Éstos cambios favorecen el buen funcionamiento y capacidad de recuperación de nuestro organismo.
En función de la patología que queramos tratar o prevenir, aplicaremos el agua de forma local o general, fría o caliente, alternando temperaturas, y en fo
rma de baños, compresas, envolturas, o frotaciones.
Todas estas técnicas, aparentemente inocuas pueden ejercer efectos realmente intensos en nuestro organismo, y un mal uso puede ser perjudicial especialmente si se usan en pacientes con determinadas patologías como es el caso de las enfermedades cardiovasculares, que podrían descompensarse.
Debemos respetar algunas normas básicas:
No emplear nunca aplicacones frías si nuestro cuerpo está frío. Después de la aplicación fría debemos entrar en calor secándonos y abrigándonos o haciendo ejercicio.
Las aplicaciones calientes terminan siempre con una apliación fría de corta duración que provoca una vasodilatación reactiva, reforzando el efecto vascular producido por el agua caliente.
Nunca se realizarán antes o después de las comidas ni utilizando productos que contengan sustancias tóxicas o vasoactivas (tabaco, alcohol, café).
La sensación vigorizante que experimenta nuestro cuerpo tras una aplicación hidroterapica debe ser siempre agradable y nunca acompañarse de sensaciones desagradables como palpitaciones, mareos o sensación duradera de frío. Esto seria signo de una mala adaptación vascular en aquel momento y si ocurre debe interrumpirse la aplicación.
El agua representa para el ser vivo en general uno de los elementos esenciales para su supervivencia. Al hombre, entre otras utilidades, ese liquido también le reporta beneficios inestimables cuando es usado en terapias de diversos tipos. Hay documentos que demuestran el conocimiento y la utilización de la hidroterapia ya por los antiguos pueblos chinos, pero su utilización propiamente dicha solamente se difundió a partir del siglo XIX, cuando el pastor protestante Sebastián Kneipp la sistematizo.
La hidroterapia es el proceso terapéutico que consiste en el tratamiento de todo el cuerpo o de algunas de sus partes con agua a temperaturas variadas. Puede contribuir a la curación de las enfermedades más diversas, prácticamente todas, a través de la presión ejercida sobre el cuerpo, de los baños simples o con la adición de determinados productos, del efecto de propulsión de arriba hacia abajo y de acciones localizadas. Y ello porque actúan sobre el metabolismo, el sistema nervioso y la circulación sanguínea.
Aunque las técnicas hidroterapéuticas fueron utilizadas en la antigüedad - Hipócrates (460 a 337 a.C.), por ejemplo, menciona algunas de ellas -, fueron abandonadas durante mucho tiempo y sólo volvieron a cobrar cierta importancia en el siglo XVIII, gracias a los trabajos de los doctores Sigmund Hahn (1664 1742) y su hijo Johann Sigmund Hahn (1696-1773). A partir de esos trabajos, Vinceriz Priessnitz (1799-1851) creó la terapia por el agua fría asociándola a aplicaciones sudoríficas y una die
ta alimentaria grosera mixta. Pero quien realmente renovó la hidroterapia moderna fue el pastor protestante Sebastián Kneipp (1821 -1897), cuyo postulado básico era que las enfermedades aparecen en el hombre cuando su fuerza natural es minada por una alimentación inadecuada y un modo de vida antinatural. Sus métodos, conocidos aún hoy como la "cura de Kneipp", incluían no sólo baños completos y parciales de agua fría y caliente, sino también chorros de agua, ejercicios físicos, el uso de hierbas medicinales y una dieta saludable.
TRATAMIENTOS las aplicaciones de agua fría, que se hacen generalmente sobre un cuerpo que se haya calentado previamente y en un ambiente tambien calefaccionado estimula el metabolismo y la producción activa de calor.
Tambien se efectúan de agua caliente, siendo estas mas recomendadas cuando se deben efectuar sobre una persona debilitada, con el cuerpo frío o deprimido, estos baños relajan y disminuyen la presión arterial.
Se recomienda siempre terminarlos con un duchaso de agua fría.
En todos los casos después de aplicado el baño, solo deben secarse los cabellos y la cara, dejando el resto del cuerpo húmedo envuelto en una manta o frazada y acostado en cama y con abrigo.
Todos los métodos mas usados en relación con los cuales Ud. encontrará informaciones detalladas, según la enfermedad o trastorno de que se trate, comunicandose con nosotros en la pagina consultas son a grandes rasgos los siguientes:
Frotaciones y lavados estimulan el metabolismo, la circulación, la respiración, además de fortalecer y robustecer;
Compresas, vendajes y cataplasmas hacen bajar la fiebre, estimulan la irrigación cutánea, calman el sistema nervioso cuando son fríos; alivian los dolores y eliminan espasmos, cuando son calientes;
Duchas - de cuerpo entero o localizadas; calientes o frías;
Baños de inmersión fríos para estimular el sistema nervioso y circulatorio o calientes para relajar, calmar y combatir los insomnios;
5) Baños localizados para resolver problemas específicos en los brazos, ojos, cara,
Pies etc.; y de aseo - estimulan la irrigación de la región abdominal y de la pelvis, cuando son fríos; 6) Baños de vapor - sudoríferos, descongestionantes y adelgazantes; 7) Técnicas diversas - inhalación, lavados, clisteres, gárgaras, etc.
Finalmente es necesario destacar que el agua es un elemento esencial para el organismo, pues ya sea en forma de linfa o de sangre transporta, disuelve, distribuye los alimentos por las células, remueve residuos, etc. Tanto su ingestión (agua pura, preferentemente de fuente mineral, o en forma de infusiones) y su uso en banos de limpieza diarios, como su aplicación a través de métodos específicos, constituyen una manera segura de utilizar la naturaleza para conseguir el equilibrio del cuerpo.